El TPLF (siglas en inglés) destruyó subestaciones eléctricas, conductores, torres, aislantes y otras muchas instalaciones, con los actos de sabotajes cometidos en el estado de Tigray y otras zonas, denunció el director de comunicaciones de la empresa estatal, Moges Mekonnen.
Aunque la compañía realizó mantenimiento inmediato en todas las líneas de transmisión a esa región, antes de finalizar el pasado año el grupo terrorista logró dañarlas otra vez e incluso causó mayor destrucción, señaló el funcionario en una comparecencia pública.
Comentó, asimismo, que Etiopía ‘ha perdido el aporte de más de 245 millones de kilowatt-hora a la red nacional, tras el ataque del Frente a las líneas de transmisión de energía de la presa Tekeze’.
También arruinó prácticamente las subestaciones de Wolkait y Humera, que aún están fuera de servicio porque para restaurarlas correctamente es imprescindible importar materiales sofisticados, añadió.
Su principal objetivo, dijo, ‘es aislar al pueblo del gobierno federal y para eso también han destruido grandes infraestructuras de telecomunicaciones, carreteras, aeropuertos y suministro de agua, entre otros, perjuicios que ascienden aproximadamente a más de 22 millones de dólares’.
La organización, sus activistas y apologistas diseminan información falsa y propaganda fabricada sobre los daños a las infraestructuras para confundir al pueblo de Tigray, al resto de Etiopía y a la comunidad internacional, declaró Mekonnen.
De acuerdo con Mekonnen, la criminalidad del TPLF ‘obstaculizó seriamente el plan de expandir el suministro de electricidad’ y expuso a millones de pobladores de la septentrional jurisdicción a ‘un trauma socioeconómico severo que emana de la falta de energía’.
No existe un principio internacional que obligue a emprender obras de rehabilitación en medio de la guerra, pero la compañía está lista para rehabilitar las líneas de transmisión eléctrica tan pronto como se restablezca la paz en el área, aseguró.
En noviembre pasado, el TPLF atacó el Comando Norte de la Defensa Nacional y desde entonces enfrenta al ejército federal. A finales de junio último, el gobierno decretó de manera unilateral un armisticio humanitario, pero el grupo tigriña lo rechazó.
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