La nueva estrategia, según explicó el vicegobernador del NBE (siglas en inglés) a cargo de la política monetaria y economista jefe, Fikadu Digafe, incluye el incremento de la reserva legal para los prestamistas comerciales, del cinco al 10 por ciento.
Desde este miércoles, añadió, todos los bancos deben transferir al banco central la mitad de las divisas obtenidas de la exportación o remesas de organizaciones privadas y no gubernamentales, una exigencia que hasta agosto último comprendía el 30 por ciento.
Asimismo, las instituciones bancarias pueden solicitar más dinero al Banco Nacional para cumplir con los requisitos de reserva, toda vez que los préstamos también aumentaron, en este caso del 13 al 16 por ciento, puntualizó durante una conferencia de prensa.
Otra variación, de acuerdo con Digafe, ‘es que ahora el Banco de Desarrollo de Etiopía (de propiedad estatal) puede vender bonos a bancos, instituciones de seguros y pensiones con el objetivo de aumentar sus ingresos’.
Consideradas contractivas, las disposiciones pudieran frenar el crecimiento económico, afectado ya por más de un año debido a la Covid-19, y aumentar el desempleo, uno de los graves problemas del país, entre otras reacciones adversas.
Sin embargo, Digafe las calificó de necesarias para reducir el monto de dinero circulante, reordenar la economía y mantener los precios bajo control, y opinó que ‘esa es también una manera de proteger al pueblo’.
La inflación fue uno de los principales puntos de la más reciente comparecencia ante el Parlamento del primer ministro, Abiy Ahmed, quien reconoce el problema y la necesidad de solucionarlo en el menor tiempo posible.
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