Desde el 1 de septiembre está en vigor en ese territorio la normativa que, además de restringir el acceso a la interrupción de embarazos, permite a cualquier persona demandar a médicos, familiares o amigos de una paciente si la ayudan o incitan a practicarse ese procedimiento.
Tras un debate en la sesión plenaria de la Eurocámara, los diputados aprobaron una resolución que califica la ley como una flagrante violación de los derechos de las mujeres de ese territorio estadounidense.
El documento, emitido con 381 votos a favor, 253 en contra y 36 abstenciones, expresa la solidaridad con las féminas de Texas, sus profesionales de la salud y las organizaciones no gubernamentales que rechazan la norma.
Además, solicita a la Unión Europea brindar apoyo financiero a agrupaciones de la sociedad civil norteamericana que promueven los derechos sexuales y reproductivos y protegen a los médicos que enfrentan acusaciones por ayudar a las mujeres.
También exige al Gobierno de Joe Biden la creación de mecanismos para garantizar el respeto a los derechos humanos y el acceso al aborto en todo el país, sin prohibiciones y restricciones promovidas a nivel estatal.
Esta jornada, el juez federal Robert Pitman bloqueó de forma temporal la estricta ley aprobada en Texas, la cual impide que las mujeres interrumpan su embarazo si se detecta actividad cardíaca en el feto y no tiene en cuenta si la gestación es producto de una violación o incesto.
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