Los etíopes que quieren construir la estabilidad y prosperidad deben respaldar a las Fuerzas de Defensa Nacional en los propósitos de proteger la integridad y soberanía del país, comentó el jefe de los servicios de comunicación gubernamentales, Legesse Tulu.
El portavoz aseguró que ‘las recientes acciones beligerantes perpetradas por el TPLF (siglas en inglés) no están dirigidas contra los objetivos militares, resultan campañas destinadas a intimidar, desplazar y masacrar civiles, incluidos niños, mujeres, ancianos y personas con discapacidades’.
Durante su última crueldad, mató a 30 inocentes en los estados Afar y Amhara, y está comprobado que tiene un plan para destruir propiedades públicas y privadas, saquear cultivos y medios de los agricultores en esas regiones, denunció Tulu.
Según fuentes oficiales, las huestes federales realizaron con éxito ofensivas aéreas para prevenir la criminalidad del Frente, cuyos líderes consideran que son la autoridad constitucional en el estado de Tigray, incluso después de ser declarado grupo terrorista por el Parlamento.
En noviembre pasado, el Frente atacó al Comando Norte del ejército en Tigray y el primer ministro Abiy Ahmed ordenó una ofensiva para enfrentarlo y restablecer el orden en la jurisdicción, como parte del proceso de aplicación de la ley.
Antes de finalizar ese mes, el gobierno tomó Mekele, capital estadual, fue decretado el éxito de la operación y un gobierno provisional comenzó a gestionar el regreso a la normalidad en la septentrional región, aunque algunos líderes del grupo escaparon.
Para facilitar las labores agrícolas en temporada de lluvias y garantizar el flujo de asistencia humanitaria, las autoridades decretaron de manera unilateral un alto el fuego en junio último, pero el TPLF lo rechazó y desde entonces, además de incrementar su beligerancia, la desplazó a Afar y Amhara.
Tras casi un año de hostilidades, el conflicto persiste y sus destrozos millonarios –aunque varían según la institución u organismo que los evalúa-, abarcan desde muertes, desplazamientos y destrucción de infraestructuras, hasta crisis humanitaria y peligro de hambruna para 2022.
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