La promesa está contenida en los documentos legales presentados por la fiscalía estadounidense en su apelación contra la negativa de una jueza de distrito del Reino Unido de entregarles al periodista australiano, a quien Washington pretende enjuiciar por exponer crímenes de guerra cometidos por militares norteamericanos en Iraq y Afganistán, y otros secretos.
Los fiscales norteamericanos también prometieron a los jueces del tribunal superior de Inglaterra y Gales que presiden la audiencia de dos días que Assange tampoco sería recluido en la prisión de máxima seguridad de Florence, Colorado, ni sometido a las medidas administrativas especiales que por lo general se aplican a criminales y terroristas peligrosos.
El texto aclara, no obstante, que Estados Unidos se reserva el derecho de aplicarle ese tratamiento en caso de que el ciberactivista cometa alguna acción contraria a lo estipulado.
Fue precisamente el temor a que el fundador de WikiLeaks se quite la vida de ser enviado a prisión en Estados Unidos el argumento que esgrimió en enero pasado la jueza Vanessa Baraitser para negarse a extraditarlo.
Previo al inicio de la vista oral este miércoles, el editor de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, alertó contra las promesas que harían la fiscalía estadounidense para tratar de convencer a los jueces británicos y reviertan el veredicto.
Asegurarán que Julian (Assange) será tratado muy bien en la prisión estadounidense si es extraditado, pero cualquiera se da cuenta de que son promesas vacías, pues ellos mismos admiten que podrían cambiar de parecer, afirmó el periodista islandés.
La compañera sentimental de Assange, Stella Moris, también alertó sobre el precario estado de salud de su pareja, quien asiste a la audiencia por videoconferencia desde la prisión londinense de Belmarsh, donde está recluido desde que fue arrestado en la embajada de Ecuador en esta capital en abril de 2019.
Lo visité el sábado (en prisión) y está muy delgado, aseveró Moris ante centenares de personas que se reunieron fuera de tribunal para exigir la liberación del fundador de WikiLeaks, al grito de ‘solo hay una solución, no extradición’.
De prosperar la petición de Estados Unidos, Assange podría ser condenado a un total de 175 años de cárcel a partir de los 17 cargos de violación de la ley de espionaje estadounidense que data de 1917.
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