Durante el debate los parlamentarios concordaron en la necesidad de establecer la medida, debido -señalaron- a la gravedad de los crímenes perpetrados por las fuerzas del Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) y sus afiliados en varias partes del territorio.
A principios de semana el Gobierno decretó el estado de excepción para proteger a los ciudadanos del TPLF (por sus siglas en inglés) y salvaguardar la integridad de la nación, según afirmó el ministro de Justicia, Gedewon Temotiwos, en conferencia de prensa.
Por su parte, el primer ministro, Abiy Ahmed, expresó en un mensaje al pueblo que el objetivo es solucionar rápido la inestable situación en la parte norte del país.
Debemos superar las circunstancias, tenemos que llevar nuestras vidas de acuerdo con la realidad para que nuestros problemas puedan resolverse pronto, manifestó Ahmed.
A propósito de esa decisión, adoptada tras una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros, cualquier persona sospechosa de tener una gran relación con miembros del TPLF puede ser detenida sin orden de arresto.
También, entre otras muchas acciones, las fuerzas de seguridad podrán realizar redadas al azar y confiscar armas no registradas, en tanto cualquier publicación será prohibida si sus textos muestran algún apoyo moral a la organización.
Para algunos observadores, la alianza del TPLF con el Frente de Liberación Oromo, considerado un radical e influyente grupo opositor, decidió al Gobierno a implantar la emergencia.
Otros señalan como principal factor el peligro de que las tropas de esa organización avancen hacia la capital, después de la declaración del portavoz del TPLF, Getachew Reda, quien aseguró que el grupo capturó Kombolcha y Dessie, ciudades estratégicas del estado regional de Amhara.
Las autoridades federales reconocieron el intento de entrar a Dessie y otras plazas, pero aseguraron que los invasores no controlaron ninguna institución pública y las localidades permanecen en manos de la seguridad etíope.
La noche del 3 de noviembre de 2020 el TPLF atacó el comando norte de las Fuerzas de Defensa Nacional y, en respuesta, la mañana siguiente el premier ordenó desplegar tropas para restablecer el orden constitucional.
En menos de 30 días el ejército federal entró en Mekele, capital de la región, pero líderes e integrantes del grupo huyeron e iniciaron un proceso de reorganización en zonas contiguas.
El Frente aprovechó un armisticio decretado en junio último por el gobierno para volver al territorio y, además, extender su beligerancia a las regiones de Afar y Amhara.
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