Pese a los esfuerzos del gobierno, “los combatientes del TPLF (siglas en inglés) fueron y son los principales obstáculos para llevar suministros de primera necesidad a millones de etíopes, como lo demuestran sus incansables actitudes belicistas y acciones destructivas”, declaró.
Mekonnen, también ministro de Relaciones Exteriores, explicó que tras el armisticio gubernamental declarado en junio, el ejército salió de Tigray y dejó artículos alimenticios y no alimenticios, acumulados como consecuencia de un gran esfuerzo, los cuales fueron desviados o arruinados.
Incluso, el grupo utilizó y sigue utilizando la ayuda para aumentar sus actos criminales, dijo durante un encuentro con el Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, el diplomático británico Martin Griffiths.
Según denunció, “apenas 242 de los mil 142 vehículos que entraron a Tigray, regresaron” y los restantes “son utilizados por el TPLF con fines militares”.
Asimismo, solicitó condenar al grupo “sobre la base de la evaluación sincera del grave daño que ha infligido al pueblo de Etiopía” e instó a la comunidad internacional a extender la asistencia a los estados regionales de Amhara y Afar.
Griffiths, en tanto, agradeció la detallada exposición sobre la situación humanitaria en la zona norte de la nación y declaró que las acciones de socorro en curso “no habrían sido posible sin el apoyo del gobierno etíope”.
También subrayó la necesidad de promover un mecanismo de cooperación entre las organizaciones internacionales para auxiliar a todas las personas de manera adecuada y efectiva.
Al cabo de un año de guerra, ayer el Parlamento aprobó el estado de emergencia nacional decretado por el Consejo de Ministros, según declaraciones oficiales, para proteger al país y el pueblo de la beligerancia del Frente, que hasta ahora provocó cientos de muertos y miles desplazados.
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