La víspera Washington anunció penalizaciones contra Asmara, como parte de sus esfuerzos para solucionar el conflicto entre el gobierno etíope y el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF), según explicó el secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken, en un comunicado.
Eritrea mantiene una presencia desestabilizadora en Etiopía, que está prolongando el conflicto, plantea un obstáculo significativo para el cese de las hostilidades y amenaza la integridad del estado, dijo Blinken.
Nuestro gobierno no considera a Eritrea un inconveniente para la paz en Etiopía. La amenaza real y actual es la continua beligerancia del TPLF (siglas en inglés), aseguró una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores etíope divulgada este sábado.
Estados Unidos no tuvo en cuenta que el Frente disparó cohetes contra Eritrea, un país soberano, luego de su ataque no provocado contra el Comando Norte de las Fuerzas de Defensa Nacional de Etiopía, agregó el texto de la cancillería.
Eritrea tiene el derecho soberano de responder enérgicamente a cualquier acción que represente un peligro real e inminente para su integridad territorial y seguridad, precisó.
El gobierno eritreo evacuó sus militares del territorio etíope, tras la declaración del alto el fuego gubernamental de junio pasado, informó, y precisó que únicamente las autoridades locales tienen “la prerrogativa de presentar una denuncia de este tipo”.
Nunca, subrayó, hemos presentado quejas a la comunidad internacional con respecto a la presencia inicial de fuerzas eritreas aquí, que estaban defendiendo su integridad territorial.
Por medio del comunicado, el ministerio reiteró que la renuencia de la comunidad internacional a condenar enérgicamente el papel desestabilizador del Frente de Tigray, envalentona a la organización y resulta un obstáculo para la conclusión del enfrentamiento armado.
Si el propósito de las sanciones es obligar a las partes a detener sus acciones desestabilizadoras, Etiopía cree firmemente que las sanciones y acciones más duras de la administración norteamericana y la comunidad internacional en general deben dirigirse hacia el TPLF, aseveró.
acl/raj
















