Queríamos este año cultivar 13 millones de héctareas en el país y cosechar unos 37 mil 500 millones de kilogramos de diferentes productos, pero con estos destrozos será imposible cumplirlo, dijo el ministro de Estado para la Agricultura, Meles Mekonnen.
Según denunció en una comparecencia pública, el TPLF (siglas en inglés) amenazó y expulsó a los agricultores, incendió numerosos cultivos, embistió las plantaciones con vehículos militares, arruinó semilleros y arrasó producciones listas para el consumo.
Además de saquear y destruir los terrenos, durante la invasión a las dos regiones los usaron para construir trincheras y cavar fosas comunes, subrayó Mekonnen.
Las atrocidades de la organización, añadió, “también incluyen la matanza masiva de bueyes que los agricultores utilizan para labrar la tierra e incluso el saqueo de propiedades, incluidas las herramientas, productos químicos y las semillas”.
Muchos agricultores de las áreas liberadas sufrieron enormes presiones psicológicas y algunos quedaron traumatizados por la criminalidad del grupo, aseguró.
Actualmente, señaló recientemente un informe oficial, el ministerio de Agricultura gestiona apoyo para recuperar algunas producciones, rehabilitar tierras, componer sistemas de regadío y distribuir semillas a los granjeros más afectados.
En noviembre de 2020 el gobierno federal inició una ofensiva militar contra el Frente, otrora partido gobernante en Tigray, acusado de atacar el Comando Norte del Ejército, subvertir el orden, violar derechos humanos, masacrar a civiles y otros muchos delitos.
Luego de una armisticio declarado por las autoridades, los insurgentes invadieron Afar y Amhara, donde perpetraron numerosas agresiones contra civiles, instituciones públicas y propiedades privadas, de acuerdo con denuncias estatales. msm/raj