Muchas personas con hipertensión y diabetes sucumbieron a condiciones complicadas, luego de que los insurgentes destrozaron equipos médicos, saquearon medicamentos y arruinaron suministros en esa institución y en otras de la ciudad, según el texto.
También, agrega, inhabilitaron casi completamente los servicios de atención materno-infantil y muchos pacientes de enfermedades complicadas, entre ellas el VIH-Sida, quedaron desamparadas por el vandalismo del TPLF (siglas en inglés).
Acerca de la Universidad de Woldia, explica que el grupo desvalijó bibliotecas, desmanteló materiales didácticos y más documentos importantes para los alumnos, rompió laboratorios y también otros inmuebles.
Desde noviembre del año pasado, el gobierno federal inició una ofensiva contra la organización, otrora gobernante del estado regional de Tigray, declarada terrorista por el Parlamento y acusada de masacrar civiles, entre otros muchos delitos.
Luego de una armisticio declarado por las autoridades de manera unilateral en junio último, el Frente extendió la guerra a las regiones de Afar y Amhara, donde perpetraron agresiones contra civiles, instituciones públicas y propiedades privadas, de acuerdo con diferentes acusaciones oficiales.
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