A pesar de eso, Kishida mantiene los niveles de popularidad entre el 60 y 65 por ciento, un aumento significativo en comparación con sus antecesores Yoshihide Suga y Shinzo Abe en este mismo período.
Según un artículo del Japan Times, sus calificaciones de opinión pública se mantienen estables en niveles respetables y su rápida respuesta a la variante Ómicron le dio algo de crédito entre el público nipón.
En octubre pasado se convirtió en el jefe de Gobierno número 100 en ocupar el cargo, al suceder a Yoshihide Suga, quien renunció al puesto luego de un año de mandato, debido al descontento popular por su respuesta a la crisis sanitaria por el coronavirus.
El exministro de Relaciones Exteriores aseguró el máximo puesto de manera inesperada, cuando superó a otros tres competidores por el liderazgo del Partido Liberal Democrático (PLD), con la mitad de las votaciones totales.
Durante su campaña por el alto mando político, prometió llevar al país hacia un estatus económico diferente.
El 8 de noviembre de 2021, su Administración anunció una propuesta urgente: «Nuevo Capitalismo» para el futuro de Japón; enfatizado en la sostenibilidad y la conducción hacia nuevas inversiones y la progresión financiera en el país.
Esta nueva doctrina, en opinión de expertos, se denomina la “Kishidanomics” y se separa de las políticas de otros jefes de gobierno nipones que entre otras cosas contribuyeron a incrementar la desigualdad y el aumento de la brecha entre los ricos y los pobres.
Aunque los pasos son pocos en este sentido, recientemente, el Primer Ministro prometió lograr un crecimiento inclusivo con el aumento salarial de los trabajadores sanitarios antes de perseguir otros objetivos que incluyen el fomento de la inversión privada en los campos del cambio climático y la digitalización.
Para algunos analistas políticos, Kishida gana tiempo antes de que los aumentos salariales se extiendan a industrias más amplias, al otorgar beneficios en efectivo a hogares con niños menores de 18 años y aliviar las consecuencias económicas del nuevo coronavirus.
No obstante, la idea del jefe de gabinete será difícil de lograr debido a las medidas sanitarias que requiere la pandemia causada por el coronavirus SARS-Cov 2, que suponen la ralentización de acuerdos con compañías y empresas inversoras nacionales y extranjeras.
Aún así, el líder del PLD pretende exhibirse como alguien consciente de los desafíos que enfrenta la nación asiática, tanto estructurales como los relacionados con la pandemia.
En este sentido, su administración trabaja en priorizar la vacunación masiva contra el SARS-CoV 2, evitar la propagación de la variante Ómicron mediante el cierre de fronteras y minimizar a toda costa los daños de la enfermedad a la economía.
Por otro lado, no se esperan grandes avances en la geopolítica nipona, pues Kishida es demasiado cauteloso en la toma de decisiones, su experiencia como ministro de Asuntos Exteriores le permite dominar la importancia del aspecto geoestratégico y su impacto en la política interior.
Su mayor preocupación en este marco es definir la posición de Japón respecto a las tensiones entre China y Estados Unidos.
Tokio aspira a cuidar las relaciones con Washington, pues es su principal aliado político y militar, pero también debe mantener los nexos económicos con Beijing, un importante socio comercial y su vecino más poderoso.
En relación con el uso de energía nuclear, el mandatario adopta una perspectiva arriesgada al manifestar su apoyo a la reapertura de las centrales nucleares, a pesar de la desaprobación del 40 por ciento de la población, que todavía recuerda la catástrofe de Fukushima en 2011.
Bajo la dirección de Fumio Kishida el panorama político japonés parece continuar igual, con el amparo de Washington en materia de seguridad y con una política exterior enfocada en promover sus intereses económicos, empresariales y comerciales.
Si bien Kishida tiene poco que demostrar en el frente diplomático, el mundo observará si logra la victoria de su partido en las elecciones a la Cámara Alta en julio próximo, su futuro político depende de ello.
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