Facebook y Twitter, principalmente, recogen el repudio a los actos criminales de la organización perpetrados en la zona de Kilbeti Resu y el área de Aseda del distrito de Berahle, más la invasión a los territorios de Magale y Abala.
Por medio de un comunicado, la administración de la región responsabilizó al TPLF (siglas en inglés) de esas y otras maniobras, durante las cuales, según apuntó, “lanzó artillería pesada e hirió a decenas de inocentes”.
El grupo terrorista nunca abandona la conspiración. Trabaja día y noche para dividir y enfrentar a los afar y los tigrianos. Apunta a inocentes y expande la violencia, en represalia por su derrota ante las fuerzas gubernamentales, señala la comunicación.
Antes de que lo expulsaran de nuestro territorio, agrega, cometió numerosas masacres brutales en 21 woredas (circunscripciones administrativas en las que se dividen las regiones) y, sin rendir cuenta por ello aún, continúa sus operaciones para aterrorizar a la población.
La junta, que prolonga su vida a través del fraude y la falsa propaganda, está infiltrada en varios woredas en la región y sigue lastimando a personas inocentes fingiendo haber sido atacada, reitera el texto.
Asimismo, el gobierno de Afar instó al Frente a retirarse inmediatamente de la jurisdicción y le avisó que reaccionará con severidad si desestima la exhortación.
Cada ciudadano debe contribuir para detener esa locura. Las madres de Tigray no deben sacrificar a sus hijos, engañados por las mentiras, con el objetivo de beneficiar las ambiciones de supremacía de una minoría, declaró.
También solicitó a la comunidad internacional presionar con fuerza para poner fin a las agresiones contra Afar de la organización, acusada de violar los derechos humanos, entre más delitos, y declarada terrorista por el Parlamento.
Luego de un asalto del Frente al Comando Norte de las Fuerzas de Defensa Nacional, en noviembre de 2020, estalló la guerra en el norte etíope, extendida a mediados del año pasado de Tigray a las regiones de Afar y Amhara.
Antes de finalizar 2021, el ejército liberó las áreas ocupadas en esos estados, donde según informes oficiales fueron desplazadas un millón 800 mil personas y ocho millones 300 mil quedaron en situación de inseguridad alimentaria.
Sin embargo, no avanzaron hacia Tigray, extremo septentrional donde se refugian los integrantes del Frente, y el conflicto armado continúa sin tener un desenlace definitivo.
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