El intento de registrar el complejo, uno de las mayores productores de oro del mundo en el siglo XVII, puede enfrentar obstáculos, pues Seúl alega que la explotación del yacimiento está vinculada a la mano de obra de ese país en tiempos de guerra.
El gabinete nipón presentó una carta de recomendación a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) antes de la fecha límite de este martes.
Si bien reconoció la oposición de Corea del Sur, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, dijo que hacer una recomendación este año y comenzar el debate sobre el tema en una fecha temprana sería un atajo para que la mina en la prefectura de Niigata se registre como un sitio de herencia Mundial.
Entablaremos un diálogo con Corea del Sur y otras naciones con calma y cortesía para que se reconozca el valor del sitio como bien cultural, declaró por su parte el secretario en jefe del gabinete, Hirokazu Matsuno, en rueda de prensa.
De acuerdo con el principal portavoz del Gobierno, Japón planea establecer un grupo de trabajo para prepararse para el proceso de selección, incluidas las deliberaciones sobre los antecedentes históricos del sitio.
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