El tiroteo fatal, ocurrido el pasado miércoles, renovó los cuestionamientos sobre la práctica policial denominada “redadas sin llamar” que ya generó indignación hace dos años cuando un oficial mató a Breonna Taylor durante una operación similar, recordó este domingo The Washington Post.
Según el diario, la falta de regulación de la práctica ha conllevado a que las víctimas de redadas y defensores de la justicia presionen por un cambio de esa modalidad mediante la cual hombres armados irrumpen en viviendas sin previo aviso dispuestos a matar.
La muerte de Locke, de 22 años, acrecentó las tensiones en Minneapolis, donde cientos de residentes salieron este sábado a las calles para exigir justicia mientras aún lidian con las consecuencias del asesinato en esa ciudad del afroestadounidense George Floyd, en 2020.
Seguimos siendo conocidos por estos colosales fracasos de los derechos civiles, dijo el pasado viernes Jeff Storms, abogado de la familia de Locke.
Ante la indignación popular, el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, anunció la suspensión de las órdenes de arresto en las que los policías ingresan a una propiedad sin anunciar primero su presencia hasta tanto se elabore una nueva política.
De acuerdo con la prensa local, no está claro qué información tenían las autoridades para irrumpir en el apartamento donde se encontraba Locke, quien no tenía antecedentes penales y dormía en un sofá con un arma justo antes de ser asesinado, reveló un video publicado después de la redada.
La indignación popular se mantiene casi dos años después que un oficial matara al afronorteamericano George Floyd asfixiado con una rodilla en el cuello, hecho que provocó un movimiento nacional e internacional contra el racismo y la brutalidad policial.
El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió respaldar una reforma policial para evitar muertes como las de Floyd, pero las negociaciones en el Senado sobre ese tema fracasaron en septiembre pasado y el asunto está atascado, a pesar de ser aprobado en la Cámara Baja.
La base de datos de fuerzas letales del Washington Post, establecida en 2015, muestra que aproximadamente mil personas son asesinadas a tiros por las fuerzas del orden cada año, y que la policía dispara y mata a personas de raza negra al doble de la tasa de personas blancas.
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