Está todo listo para comenzar a cavar pozos en lugares identificados por equipos de trabajo formados por especialistas federales y de la región, aseguró Zewde durante una visita al distrito Kebri Beyah de esa jurisdicción. Otra decisión, añadió, fue iniciar la entrega cada día de cinco camiones cisternas para saciar las necesidades de los ciudadanos desplazados, de manera prioritaria a las mujeres que son las más damnificadas por su naturaleza y la de sus labores.
Según comentó en una comparecencia pública, en los próximos días aumentará la provisión de alimentos, distribuirán comida para animales y medicinas esenciales, mientras avanzan las gestiones para construir pequeñas represas.
Primero queremos resolver la situación actual y, además, aspiramos a crear prácticas o establecer dinámicas para evitar graves catástrofes en futuras situaciones de sequía, señaló.
Según la Comisión de Gestión de Riesgos de Desastres, los dos estados más afectados por la sequía en la nación son Ogadén y Oromía, donde peligra el sustento y la vida de miles de ciudadanos.
En nueve zonas de Ogadén, exactamente, alrededor de dos millones 400 mil personas necesitan asistencia humanitaria, de acuerdo con una reciente notificación del director de Comunicaciones y Relaciones Públicas de esa entidad nacional, Debebe Zewde.
Etiopía, como Kenya y Somalia, registra prolongadas condiciones de sequía sin precedentes en más de 40 años. Tras tres estaciones de precipitaciones con valores inferiores a los usualmente bajos, sufre alta mortalidad del ganado, daños en las cosechas y desplazamientos.
La insuficiencia de agua persiste y un informe del Programa Mundial de Alimento prevé que al menos cinco millones 700 mil etíopes necesiten ayuda próximamente.
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