El viajero, de 25 años de edad, sufre depresión hace casi un lustro a raíz del estrés generado por la presión social durante sus años escolares y luego en la búsqueda de trabajo, reseñó el periódico Asahi Shimbun.
Durante el periplo, Hara visita escuelas y comparte su experiencia con los estudiantes en aras de motivarlos a buscar atención médica si alguno la necesitara.
“Espero que la sociedad pueda ser un lugar que permita a las personas vivir sin sentir vergüenza de sufrir depresión”, declaró a la prensa local.
Hara intentó suicidarse en 2018 tras lo cual fue internado durante un año en un hospital especializado.
Luego de su recuperación y gracias al apoyo familiar, encontró trabajo en una oficina de seguros, pero otra vez los temores a la estigmatización lo hicieron alejarse del tratamiento y sufrir una recaída.
Desde el inicio de su gira en marzo de 2021, el joven japonés había recorrido 27 prefecturas del país, mientras recibía asesoramiento en línea por parte de su médico.
Debido al azote de la sexta ola en Japón del coronavirus SARS-Cov-2, causante de la Covid-19, y las consecuentes restricciones a la movilidad entre ciudades, Hara espera en la casa de sus padres en Osaka por una oportunidad para reanudar su viaje.
Este caso es uno más en la nación nipona donde el temor a los prejuicios por recibir consultas psiquiátricas casi deriva en la muerte.
El mencionado trastorno de salud encabeza las causas de los decesos autoprovocados en el país, según aparece recogido en el Libro blanco sobre las medidas contra el suicidio del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de 2019.
El tema resulta prioridad para el gobierno japonés, el cual destina cifras millonarias a viabilizar los servicios de consultas especializadas, e incluso creó en 2021 el Ministerio de la Soledad, encargado de diseñar e implementar medidas para evitar el aislamiento social y sus fatales consecuencias.
jf/lcp