Un total de 21 camiones iniciaron el envío a través de la carretera de Abala, precisa un comunicado emitido dos días después de que las autoridades federales acusaran al Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) de obstruir esa vía.
De acuerdo con la comunicación, diversas instituciones gubernamentales realizan grandes esfuerzos para proteger la vida de muchos ciudadanos de esa jurisdicción que prácticamente viven en condiciones infrahumanas, al cabo de casi 17 meses del estallido allí de una guerra civil.
Señala, también, que “tras el alto al fuego decretado por el gobierno la semana pasada, varias organizaciones entregan cada día medicamentos, equipos médicos, alimentos y financiación destinada a los necesitados, a través del transporte aéreo”.
Aunque el comunicado no resulta respuesta directa a una denuncia, el transporte a Tigray de productos de primera necesidad empezó un día después de una declaración acusadora de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ayer, el director general de la OMS, el etíope Tedros Adhanom, dijo que “una semana después del anuncio de una tregua humanitaria unilateral por parte del primer ministro Abiy Ahmed, aún no se permitió el ingreso de alimentos a Tigray”.
“Con el propósito de establecer medidas extraordinarias para salvar vidas y disminuir el sufrimiento de millones de ciudadanos, el gobierno etíope declaró una tregua humanitaria indefinida”, avisó una notificación oficial divulgada el 24 de marzo.
Necesitamos optimizar el éxito de esta medida pronto y exhortamos al Frente a desistir de su beligerancia y abandonar todas las áreas ocupadas, subrayó la declaración, que también instó a evitar más derramamiento de sangre.
Un día después, los líderes del grupo, declarado terrorista por el Parlamento, aceptaron el cese de las hostilidades, aunque exigieron a las autoridades “superar promesas vacías y tomar medidas para facilitar acceso humanitario sin restricciones”.
Luego del ataque del Frente a las Fuerzas de Defensa Nacional, en noviembre de 2020 comenzó la conflagración armada en el norte etíope, extendida a mediados del año pasado a las regiones de Afar y Amhara, precisamente después de un alto al fuego del gobierno.
Antes de finalizar 2021, el ejército liberó las áreas ocupadas en esos estados, donde según informes oficiales fueron desplazadas un millón 800 mil personas y ocho millones 300 mil quedaron en situación de inseguridad alimentaria.
Sin embargo, no avanzó hacia Tigray, refugio de los integrantes de la organización y de donde huyeron unas 400 mil personas, y el conflicto continúa sin tener un desenlace definitivo.
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