Así lo informó la Comisión de la organización continental, en cuyo salón de conferencias Nelson Mandela sucederá la evocación bajo el tema Recordar-Unir-Renovar, coauspiciada por la embajada ruandesa en Etiopía.
Representantes de asociaciones religiosas, grupos civiles, organizaciones intergubernamentales y agencias de Naciones Unidas, entre otros, asistirán al encuentro, en el cual también habrá intervenciones por medio de la plataforma Zoom.
Según los organizadores, reflexionar sobre la repercusión dentro y fuera del país de la masacre de 1994 y promover unidad en el enfrentamiento a actos de exterminio, son dos de los objetivos específicos del evento.
También renovar la determinación de los gobiernos e instituciones internacionales de trabajar para que los genocidios no vuelvan a ocurrir y llamar a garantizar justicia y luchar contra la impunidad.
En virtud de la determinación de su órgano político de reconocer el 7 de abril como la jornada para recordar a las víctimas del genocidio, la Unión Africana organiza cada año una ceremonia.
Los presidentes de Ruanda, Juvénal Habyarimana, y Burundi, Cyprien Ntaryamira, ambos de la etnia hutu, murieron por el ataque con dos misiles lanzados desde tierra contra el avión en el que viajaban el 6 de abril de 1994.
Al día siguiente, facciones extremistas desataron una ola de violencia que concluyó el 15 de julio del propio año, cuando ya habían muerto 800 mil ruandeses, la mayoría tutsis y hutus de moderada conducta política.
El asesinato de la primera ministra Agathe Uwilingiyimana fue el principal suceso del inicio de aquella barbarie, identificada como primavera sangrienta y considerada una intentona gubernamental de exterminar a la población tutsi.
Si bien muchas fuentes calculan más de un millón de víctimas, asesinadas las más de las veces a sangre fría, las consideraciones generales apuntan a que murió el 70 por ciento de los tutsis y entre 250 mil y medio millón de mujeres fueron violadas.
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