Como las autoridades comenzaron un proceso para regresar a más de 102 mil etíopes desde territorio saudita, queremos reforzar esa voluntad y contribuir activamente con una rehabilitación digna de esos ciudadanos, dijo el representante de la OIM aquí, Malambo Moonga.
El retorno ordenado de los migrantes en condiciones extremas e intentar satisfacer sus necesidades representan un desafío para el Gobierno, la OIM y las instituciones internacionales, pero con una planificación consensuada el programa puede cumplirse de la mejor manera, comentó.
La participación de los socios y organizaciones de África o de alcance mundial es muy importante, insistió, tanto para realizar una proyección adecuada, como para garantizar el desarrollo preciso de las operaciones en un país afectado ahora por varios problemas.
Hasta este momento, la OIM trabaja con el Gobierno y, cuando llegan las personas, incluidas madres con niños pequeños, son inscritas en nuestros registros y reciben alimentos, alojamiento temporal, servicios de ayuda médica y asesoramiento, pero no es suficiente, recalcó.
Entre los que recibimos, explicó, muchos necesitan asistencia especializada debido a las situaciones que vivieron y sus vulnerabilidades, como embarazadas, lactantes, ancianos, pacientes con enfermedades crónicas e incluso individuos que tienen trastornos de salud mental.
Son necesarios al menos 11 millones únicamente para la asistencia posterior a la llegada, aseveró Moonga durante una comparecencia pública.
Propiciar que reciban atención médica, alimentos, condiciones para asearse, refugio, apoyo psicosocial, servicios de protección especializados para aliviar sus necesidades, riesgos y vulnerabilidades inmediatas, además de garantizar su seguridad y dignidad, demanda muchos recursos, afirmó.
La semana pasada el Ministerio de Relaciones Exteriores de Etiopía informó que marchaba sin contratiempos el proceso de repatriación de migrantes desde Arabia Saudita, iniciado el pasado 30 de marzo.
Unos 750 mil etíopes residen en territorio saudita, 300 mil tienen estatus legal y 450 mil viajaron por medios irregulares, trabajan sin autorización legal, viven en situaciones infrahumanas o están detenidos por diferentes circunstancias, según recientes registros del ejecutivo etíope.
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