Después de la invasión de esa organización, el territorio quedó en una situación general muy crítica, que obliga a realizar grandes esfuerzos económicos para rehabilitarla, dijo en una comparecencia pública el jefe de relaciones públicas de la Comisión, Debebe Zewde.
Al menos un millón 300 mil ciudadanos necesitan ayuda alimentaria inmediata y la mayoría procede de 21 distritos de la región donde la beligerancia del TPLF (siglos en inglés) provocó daños enormes, explicó el funcionario.
Más de 645 mil, añadió, fueron desplazados de sus áreas de viviendas y entre ellos 336 mil están viviendo en 16 campos de refugiados, mientras los restantes fueron distribuidos en diferentes zonas de la comunidad.
El grupo rebelde arruinó casi completamente los distritos de Abala, Megale, Koneva, Dalol, Erbiti y Berhalie, y en Abala y Erbiti, específicamente, contribuyó al recrudecimiento de conflictos que estimularon el aumento de personas desplazadas, aseguró.
Según comentó, “la criminalidad del grupo, todavía en curso, aumenta los desplazados y es también el principal obstáculo para brindar el apoyo humanitario necesario a los más necesitados”.
Luego del ataque del Frente al Ejército Federal en noviembre de 2020, comenzó la conflagración armada en el norte etíope, extendida a mediados de 2021 a las regiones de Afar y Amhara después de un alto al fuego del gobierno.
De acuerdo con informes oficiales, durante la ocupación, además de asestar golpes a las infraestructuras económicas y sociales, la organización causó el desplazamiento de un millón 800 mil personas y hundió en la inseguridad alimentaria a ocho millones 300 mil ciudadanos aproximadamente.
rgh/raj