Nuestra región atraviesa una situación complicada, casi toda la población sufre afectaciones de alguna manera y es necesario que los socios donantes mejoren el apoyo de manera inmediata, dijo en conferencia de prensa el administrador jefe del estado, Mustafe Mohamed.
Este año hemos sufrido una de las peores sequías de los últimos 40 años. Alrededor de 3,4 millones de personas están afectadas directamente. Calculamos cerca de un millón de cabezas de ganado perdidas y los desplazados aumentan cada día, explicó.
Mohamed agradeció “la gran respuesta brindada hasta el momento” y señaló que “la sequía habría causado mucho más daño sin los esfuerzos de colaboración por el gobierno de Etiopía, las agencias humanitarias, la diáspora y las redes de apoyo locales”.
Sin embargo, aunque es doloroso decirlo, la realidad es que la ayuda recibida todavía es insuficiente para satisfacer a todos los damnificados, incluidos niños, mujeres y personas con necesidades de atenciones especiales, aclaró.
Ya llovió en algunas partes de Ogadén, pero según los pronósticos no tendremos una buena temporada de precipitaciones este año, por lo que la situación pudiera empeorar, alertó el funcionario.
Creo que debemos hacer algo urgente con respecto a las personas damnificadas, encontrar algunos programas de recuperación y centrarnos principalmente en proteger los medios de subsistencia de los desplazados, opinó.
Informes del Gobierno y agencias humanitarias aseguran que la intensa aridez hundió en la inseguridad alimentaria a más de 10 millones de personas en Etiopía, provocó la pérdida de numerosas cosechas y la muerte de millones de cabezas de ganado.
En virtud de esas cifras, que crecen junto con la prolongación de la sequía, y de acuerdo con diferentes estimaciones, la nación necesita al menos 550 millones de dólares para financiar una ayuda humanitaria efectiva.
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