El verano seco del año pasado, las nevadas récord del invierno y los vientos inusualmente fuertes provocaron múltiples días de alarmas de bandera roja en el estado.
Los bomberos de todo el territorio luchan contra los incendios forestales en al menos 14 condados desde la semana pasada, los cuales dejan miles de hectáreas de tierra devastados en el centro y suroeste del territorio.
El mayor de los siniestros, surgido en la carretera 702, ya quemó más de 17 mil hectáreas desde que se informó por primera vez el viernes, pero está contenido en un 74 por ciento.
Otros más pequeños fueron extinguidos o neutralizados, aunque las autoridades no proporcionaron una estimación de la superficie total quemada.
«Desgraciadamente, se necesitará mucha humedad en un corto período de tiempo para dejar de creer que tendremos una temporada de incendios muy activa”, dijo el portavoz del equipo de Gestión de Incidentes Complejos de las Montañas Rocosas, Jonathan Ashford.
Las persistentes condiciones de sequía que afectan a gran parte del oeste de Estados Unidos se combinan con el verano seco del año pasado y las nevadas del invierno.
Esas condiciones climáticas hacen que la hierba, arbustos y árboles de Nebraska sean más susceptibles de incendiarse, según las autoridades estatales.
Además, los vientos están siendo inusualmente fuertes, por encima de la media normal para esta época del año.
Recientemente 15 bomberos resultaron heridos al luchar contra las llamas, informó la cadena de noticias NBC News.
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