Sin el apoyo de la comunidad internacional y las agencias de ayuda, es imposible abordar todos los problemas de las personas protegidas, declaró la directora de la Oficina de la Acnur para el Este y el Cuerno Africano, Clementine Nkweta-Salami.
Trabajando con el Gobierno, los socios y con el apoyo de la comunidad internacional, podremos asistir de manera eficiente a esa población, dijo Nkweta-Salami, quien visitó un campamento para refugiados de Eritrea cerca de Dabat, en la región de Amhara.
Manifestó, además, que la instalación fue construida después de ataques del Frente de Liberación Popular de Tigray a otros albergues en el estado homónimo, los cuales causaron numerosas víctimas y graves daños a las infraestructuras.
Desafortunadamente, comentó, muchos eritreos huyeron de otras comunidades de acogida, pero aquí reciben lo que conocemos como la tradicional hospitalidad y generosidad del pueblo y las autoridades, que trabajaron con el propósito de rehabilitarlos.
Etiopía ha sido un lugar seguro y pacífico para los inmigrantes irregulares que han estado aquí durante muchos años e incluso en algunos casos durante décadas y para que mantenga esas cualidades debe respaldarse la voluntad de su Gobierno, señaló.
Los refugiados eritreos en Hitsats y Shimeliba fueron hostigados por el grupo y hasta el momento llegaron unos ocho mil 140, informó, y aseguró que “hay muchos trabajos en curso para brindarles vivienda y servicios básicos”.
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