Según informes de medios de comunicación locales, la insurgente organización detiene a civiles que intentan huir de las convocatorias a alistarse como soldados y, de ese modo, participar en la guerra contra el gobierno etíope iniciada en noviembre de 2020.
Incluso una publicación extranjera, Sudan Post, aseguró que recibió una carta de tres mujeres, cuyos familiares supuestamente no escaparon del estado para evadir el servicio, porque fueron arrestados por el Frente, al cual el Parlamento etíope calificó de grupo terrorista.
De acuerdo con el testimonio de las remitentes del mensaje, enviado desde Ámsterdam, Países Bajos, siete familiares y cinco de sus amigos fueron apresados en la aldea de Adi Ramet a inicios de esta semana, cuando pretendían emigrar hacia Sudán.
Ellos abandonaron Mekele (capital de Tigray) con el objetivo de eludir el reclutamiento forzoso pero, lamentablemente, los arrestaron y los acusaron de querer evadir lo que ellos llaman el deber de proteger a Tigray, aclararon.
Informamos que el conflicto no es únicamente entre el estado regional y el gobierno federal. Ahora tomó otro giro: el TPLF arresta a quienes se niegan a pelear una guerra sin sentido, dijeron las mujeres, siempre según el diario sudanés, que no relevó sus identidades.
Los reportes divulgados recientemente dentro y fuera de Etiopía, certifican de cierto modo las advertencias de las autoridades estatales que, en varias ocasiones durante las últimas semanas, acusaron al grupo rebelde de desestimar el armisticio humanitario y preparar nuevos ataques contra zonas septentrionales del país.
También explican los llamados de organizaciones civiles regionales y nacionales dirigidas a la comunidad internacional, para que le exijan a los tigriños detener la práctica de mandar niños y jóvenes a la guerra, deponer las armas y aceptar la paz.
rgh/raj