Varios miembros de las formaciones extremistas Al-Shabaab y Shene fueron detenidos en los estados regionales de Ogadén y Oromía, respectivamente, y también se incautaron armas de fuego, algunas escondidas incluso en lugares de culto, informó el portavoz gubernamental, Legesse Tulu.
Esos arrestos forman parte de operaciones para evitar asesinatos de civiles y poner fin a los desplazamientos, con el propósito de establecer una paz duradera y garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos, explicó en conferencia de prensa.
Las acciones legales de las autoridades, subrayó, “tienen resultados positivos y paulatinamente la estabilidad vuelve a varias zonas de la nación, pero la lucha contra esos grupos y posiciones fanáticas no ha terminado y requiere de la colaboración del pueblo”.
Respecto a la agresión perpetrada a finales de abril último en Gondar, ciudad de la región de Amhara, donde murieron al menos 20 personas y hubo cientos de heridos, comentó que “fue concebida y desencadenada para fomentar los conflictos religiosos”.
El Consejo Supremo de Asuntos Islámicos lo consideró un ataque terrorista de ortodoxos radicales y, según Tulu, “la rápida y enérgica intervención de las fuerzas de seguridad evitó daños mayores”.
Hay un acuerdo para recuperar las propiedades saqueadas y reconstruir lugares de culto dañados, con la participación de líderes religiosos y jóvenes, “además de que a los culpables capturados se les hará rendir cuentas”, explicó.
Incrementaremos el enfrentamiento contra las acciones extremistas, afirmó, y declaró que “el gobierno federal mantendrá su política de cero tolerancia frente a los intentos de subvertir el orden constitucional, bajo el pretexto de defender los derechos políticos, étnicos o religiosos”.
En relación con el TPLF (siglas en inglés), el vocero señaló que “insiste en interrumpir el flujo de asistencia humanitaria a Tigray, al ocupar partes del estado regional de Afar”.
Pese a su hostilidad, dijo, “165 vehículos con alimentos y otros productos de primera necesidad llegaron esta semana a Mekele”, capital del septentrional territorio donde comenzó la guerra contra el gobierno en noviembre de 2020.
Sus líderes difunden la propaganda de que están bajo asedio, pero eso no tiene fundamento y es inaceptable. Son ellos quienes causan sufrimiento entre las familias y asesinan a civiles en áreas de las regiones de Afar y Amhara, aseveró.
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