Los manifestantes recorrieron casi nueve kilómetros por las zonas donde se concentran las principales instalaciones del ejército de Estados Unidos, una práctica que llevan a cabo desde 1978 y que se había suspendido temporalmente por el impacto de la Covid-19.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Okinawa permaneció bajo control estadounidense durante 27 años. Aunque Washington devolvió el territorio tras la firma del Acuerdo de Reversión de 1972, mantuvo en la zona el 70 por ciento de las bases establecidas en la nación asiática.
Al respecto, Junko Iraha, okinawense participante en la marcha, declaró a la agencia Kyodo que la situación en torno a las bases no ha cambiado en cinco décadas. Además, todavía ocurren crímenes y accidentes provocados por los soldados extranjeros, señaló.
“Espero que Okinawa se quede libre de bases algún día”, dijo Keisuke Yokota, otro de los residentes.
“Unamos fuerzas para que Okinawa no vuelva a ser un campo de batalla”, pidió Hiroji Yamashiro, uno de los organizadores del evento.
Según una encuesta realizada por el referido medio japonés el pasado mes de abril, el 55 por ciento de los habitantes de esa isla rechaza la presencia militar norteamericana.
Asimismo, alrededor del 58 por ciento considera que las mencionadas instalaciones deberían reducirse significativamente, el 14 por ciento desea su completa eliminación y cerca del 26 por ciento se mostró indiferente.
Tokio y Washington negocian desde hace un tiempo el traslado de la Estación Aérea Futenma, del Cuerpo de Marines, de su actual ubicación en Ginowan hacia una zona costera menos habitada, pero la población local se opone a la transferencia.
Al respecto, la pesquisa mostró que el 67 por ciento objeta el plan y de ellos más de la mitad pide el cierre de la base.
Por otro lado, el primer ministro, Fumio Kishida, llegó hoy a Okinawa para participar este 15 de mayo en las celebraciones por el 50 aniversario de su reversión a Japón.
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