La página oficial del TSE indica que, durante el acto de firma del pacto, el presidente de la corte electiva, el ministro Edson Fachin, alertó sobre los espinosos tiempos que vive el país, marcados por las persistentes amenazas.
Según Fachin, este es un momento en el que, política y económicamente, parece rentable impugnar la ciencia y la realidad, erosionar el consenso y promover la hostilidad y la cultura anticívica a partir de contenidos distorsionados o inventados, difundidos como si fueran verdaderos y fiables.
La rúbrica del convenio tuvo lugar durante la presentación de las asociaciones del Programa de Combate a la Desinformación del STF, en el que participarán 35 instituciones, entre entidades de clase, universidades públicas y empresas tecnológicas.
En el evento, Fachin destacó asimismo que el compromiso llega en la etapa adecuada. «El programa es una alianza institucional estratégica entre los tribunales y entidades relevantes de la sociedad civil para combatir el fraude informativo», precisó.
Manifestó que la iniciativa es también un programa de defensa de la democracia, la cual está siendo cuestionada por la cultura de la falacia.
«Atacar al STF es atacar a las instituciones del Estado de Derecho democrático, que son fundamentales para la estabilidad social, la seguridad jurídica, el respeto y la tolerancia», aseguró.
De acuerdo con el ministro Luiz Fux, presidente del STF, el programa no pretende proteger al Poder Judicial de las críticas, sino evitar la proliferación de información falsa.
«La crítica forma parte de la vida de un hombre público, porque tenemos que rendir cuentas a la sociedad. El programa se propone ser un canal de escucha y ayudar a aclarar dudas», aseveró.
También, añadió, «quiere evitar la proliferación de discursos inventados de ministros, quienes ni siquiera se han pronunciado, e impedir que la gente se confunda sobre la competencia del Tribunal Supremo».
Estamos en vigilia permanente contra estos movimientos de milicias digitales que atacan al STF. «En la investigación se denunciaron actos preparatorios de terrorismo contra el Tribunal Supremo, de ahí la necesidad de ser un proceso secreto», reflexionó.
Con el acuerdo, el TSE y el STF procurarán aunar esfuerzos en «la construcción de un entorno informativo sano y transparente, desalentando la creación y difusión de noticias falsas y discursos de odio».
El mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro comenzó a manifestar su inquina y amenazas hacia el Supremo en 2019, tras el inicio de la llamada Investigación de Fake News (noticias falsas).
jha/ocs
