Esperamos que las condiciones climáticas conducentes a la sequía actual prevalezcan hasta finales de este año, lo que representa un serio peligro para la temporada de octubre a diciembre de 2022, declaró el secretario general de la entidad, profesor Petteri Taalas.
La región se vio afectada por uno de los peores brotes de langosta del desierto durante 2019-2020, recordó la autoridad y añadió que durante 2020, 2021 y en el presente La Niña contribuye a que llueva menos en el este de África, incluidos Somalia, el sureste de Etiopía y el oriente de Kenya.
Este evento es parte de la variabilidad natural del clima, comentó Taalas, quien aclaró que, no obstante, el cambio climático inducido por el hombre está amplificando el impacto de los fenómenos meteorológicos y climáticos que ocurren naturalmente y conduce a extremos más intensos y severos.
En consecuencia también está aumentando la temperatura del aire, lo que exacerba las sequías y eleva la evapotranspiración (pérdida de humedad de las plantas y el suelo), aseveró el líder de la agencia de las Naciones Unidas especializada en la meteorología.
El Sexto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático estableció que hay evidencia de una contribución humana a las disminuciones observadas en la precipitación media en el noreste de África.
Advirtió por otra parte de un aumento observado en la intensidad y frecuencia de los extremos cálidos e informó una cantidad de precipitación decreciente de dos a siete por ciento por década (período 1983-2010) para la «temporada de lluvias largas» de marzo a mayo en África oriental.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) remarcó que la actual sequía extrema, generalizada y persistente de varias estaciones que afecta a Somalia, las tierras áridas y semiáridas de Kenya y Etiopía no tiene precedentes.
Fallaron cuatro temporadas de lluvias consecutivas, un evento climático que no se veía en al menos 40 años, subrayó.
Los últimos pronósticos estacionales a largo plazo, respaldados por un amplio consenso de expertos meteorológicos, indican que ahora existe un riesgo concreto de que la temporada de lluvias de octubre a diciembre también pueda fallar.
De materializarse estos pronósticos, la ya severa emergencia humanitaria en la región se profundizaría aún más, destacó la FAO.
Evaluaciones preliminares indican que 3,6 millones de cabezas de ganado murieron entre Kenya (1,5 millones) y Etiopía (2,1 millones). car/znc