El proyecto concibe la construcción de una estructura cónica de 200 metros de diámetro y hasta 400 metros de altura sobre la superficie de ambos cuerpos celestes, la cual girará para generar el mismo nivel de gravedad de la Tierra mediante la fuerza centrífuga, reseñó la prensa nacional.
Debido a la reproducción de las condiciones de vida de la Tierra, los humanos que habiten la instalación podrían tener hijos y mantener un cuerpo preparado para regresar a su planeta de origen en cualquier momento.
“Creemos que las personas deben vivir en las instalaciones a diario y solo disfrutar de la baja gravedad de la Luna y Marte y de la ingravidez del espacio cuando estén trabajando, investigando o en actividades de ocio”, precisó un texto publicado en el sitio digital de Kajima.
Con vista a la migración espacial, la propuesta de los científicos nipones concibe además la transferencia de ecosistemas terrestres reducidos como el de los mares o los bosques, que ellos denominan “complejo de biomas centrales”.
El tercer objetivo del ambicioso plan consiste en el establecimiento de un sistema de transporte orbital interplanetario Tierra-Luna-Marte, el cual contará con vehículos similares a los trenes balas Shinkansen, compuestos por cápsulas hexagonales, que se desplazarán sobre pasarelas situadas en satélites o cuerpos artificiales en órbita alrededor de los respectivos planetas.
Los investigadores declararon públicamente que, además de examinar bien los tipos de instalaciones de gravedad cero, en el futuro analizarán los requisitos humanísticos, legales e institucionales requeridos.
Al respecto, el profesor Tsuneaki Yamashiki de la Universidad de Kioto destacó en conferencia de prensa que la iniciativa todavía es irrealizable, sin embargo, desarrollar el concepto permitirá a Japón liderar este campo cuando los países de todo el mundo comiencen a construir sus sociedades espaciales.
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