Según la representante de la ACNUR (siglas en inglés) en esta capital, Margaret Atieno, las autoridades etíopes y la propia institución realizan grandes esfuerzos para apoyar a los refugiados, pero protegerlos y satisfacer sus necesidades exige grandes cantidades de recursos.
Etiopía tiene un compromiso con la protección de los refugiados. Aquí, tenemos ocho ubicaciones establecidas dentro de un programa con sus organismos, para albergar a personas provenientes de varios países y también a desplazados nacionales, aseguró Atieno en declaraciones a la Agencia de Noticias Etíope.
El mayor deber del gobierno es brindar protección física y en eso está teniendo mucho cuidado. Además, trabaja para transformar el sustento de los refugiados, tiene reputación de aceptarlos, participar en proyectos conjuntos, brindar servicios vitales y oportunidades bancarias, comentó.
También explicó que, además de brindar protección internacional, “la Acnur tiene programas que incluyen educación, provisión de servicios de salud y empleo, y trabaja con el gobierno etíope para mejorar las condiciones de los refugios, la gestión de los recursos naturales, el sustento y el acceso a las instalaciones socioeconómicas”.
“Sin embargo, ahora el apoyo no puede ser el mismo que hace cinco o seis años, debido a la situación geopolítica actual, la pandemia por la Covid-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania”, subrayó.
Son muchas las personas afectadas por diferentes problemas, algunos de los cuales empeoran en lugar de resolverse, y la ayuda que suministramos no es suficiente porque los migrantes aumentan constantemente. Por lo tanto, nos gustaría exhortar a las organizaciones internacionales a que nos apoyen, manifestó.
Más de 900 mil refugiados permanecen en 25 campamentos instalados en Etiopía, la mayoría procedentes de Eritrea, Somalia, Sudán y Sudán del Sur, reveló el más reciente informe de la Oficina, aunque señaló que la cifra de refugiados crece frecuentemente.
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