La organización izquierdista puertorriqueña sostuvo que, contrario a lo que expresan portavoces del Departamento de Defensa de Estados Unidos y de sus Fuerzas Armadas, no se ha comprobado en ninguna parte que esta tecnología resulte segura para la población.
“No deseamos que nuevamente se utilice nuestro territorio y nuestra gente para la experimentación por parte del gobierno de Estados Unidos, como lo han hecho en el pasado”, dijo la dirección nacional del MINH.
Indicó que los accidentes con reactores nucleares ocurrieron principalmente en su utilización para fines militares, pero que “nuestra Nación ya conoce de los efectos del uso del uranio enriquecido por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, en el medio ambiente y la salud de nuestros compatriotas”.
En tal sentido, la agrupación política subrayó que la isla de Vieques, donde por más de seis décadas se probaron armamentos, “es un recordatorio constante de ello”.
La Armada estadounidense tuvo que dejar el 1 de mayo de 2003, forzada por una protesta generalizada, la isla de Vieques, cuya población pasó enormes sinsabores y abusos incontables de los marines a lo largo de 60 años.
Todavía hoy mucho de su terreno no ha sido descontaminado por Washington y los casi 10 mil pobladores de Vieques padecen de complicaciones de salud, principalmente cáncer, por el uso allí de agente naranja y uranio reducido, entre otros elementos nocivos.
Por eso, el MINH alerta que el establecimiento de un minirreactor nuclear en cualquier parte del territorio puertorriqueño tendría consecuencias catastróficas para el medio ambiente y la población en caso de un accidente.
Esta situación puede producirse, dijo la agrupación política, en el transporte de los materiales a utilizarse en el reactor, en las propias instalaciones por desperfectos de la instalación o error humano, o en el manejo de los desperdicios que generaría su operación.
“No está demás indicar que nos colocaría como un blanco de posibles ataques militares en caso de un conflicto u otro tipo de evento relacionado con las fuerzas armadas de Estados Unidos”, acotó.
La dirección nacional del MINH advirtió que seguirá con mucha atención los procesos y el desarrollo de este asunto y mantendrá una oposición militante en contra de la ubicación para cualquier fin de un minirreactor en Puerto Rico.
Además, anticipó que “nos uniremos al reclamo de nuestra gente que ya se organiza para decir no a la energía nuclear en nuestro archipiélago”.
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