Cualquier escasez no será previsible hasta que sea demasiado tarde: «si tenemos un invierno muy frío, tenemos un problema», dijo durante una entrevista con el medio especializado Handelsblatt.
Desde su perspectiva, al contar con instalaciones de almacenamiento bien llenas, pueden ganar tiempo y estar preparados a largo plazo de cara a una escasez de gas.
“Sin embargo, no podemos predecir el consumo de gas con más de una semana y media de antelación. Esto se debe principalmente a las previsiones meteorológicas», acotó.
Para Müller, el comportamiento de los consumidores privados y las circunstancias en los países vecinos también ayudarán a determinar si la considerada primera economía europea sufre una escasez más o menos acuciante.
No obstante, advirtió, en los últimos días se produjeron más salidas de gas de las esperadas.
“Teniendo en cuenta las cálidas temperaturas y los altísimos precios del gas, me ha sorprendido mucho. Esto tiene que cambiar”, insistió.
En medio de interrupciones de los suministros rusos, a raíz del conflicto en Ucrania y las sanciones desde Occidente, Alemania prioriza actualmente el llenado de los almacenes de gas
Pretenden llevar las reservas al 95 por ciento de su capacidad para el 1 de noviembre y, al cierre del 14 de septiembre, las instalaciones estaban casi al 89 por ciento.
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