Millones de personas asisten a los servicios de la iglesia, visitan a familiares, comparten con ciudadanos de bajos ingresos y festejan con platos y bebidas tradicionales durante la mayoría de las horas de este martes.
La celebración anual comenzó la víspera, con la realización del Festival Demera, que consiste en erigir una hoguera, donde los sacerdotes entonaron himnos, recitaron plegarias y danzaron desde antes de la puesta del sol y hasta casi finalizado el día.
En todos los estados regionales hubo ceremonias, aunque tuvo mayor trascendencia la realizada en Addis Abeba, donde participaron la presidenta, Sahle-Work Zewde, y el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Etíope, Santidad Abune Matias.
Miles de residentes en esta capital, ataviados para la ocasión con trajes tradicionales, presenciaron el acto en la plaza Meskel, a donde acudieron también la alcaldesa de Addis Abeba, Adanech Abebe, obispos, altos funcionarios gubernamentales, peregrinos y numerosos turistas.
Durante su alocución, Matias instó a promover la clemencia y la reconciliación en estas fechas, con el propósito de poner fin a todos los conflictos nacionales y construir la paz definitiva en todo el territorio.
Abebe, por su parte, dijo que “Demera y Meskel son oportunidades idóneas para renovar todos los votos por la armonía y, así, construir la base del trabajo hacia el desarrollo económico y la estabilidad social”.
Meskel, calificada de manera oficial como la Fiesta de Conmemoración del hallazgo de la Verdadera Santa Cruz de Cristo, fue inscrita en 2013 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
Aunque es una fiesta cristiana en las iglesias ortodoxas de Etiopía y Eritrea, en ella participan la mayoría de las personas, sin distinción de edad, género, idioma, etnia o credo religioso.
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