El diplomático se refirió al acuerdo sellado en Sudáfrica el 2 de noviembre entre el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF, en inglés) y la administración del primer ministro Abiy Ahmed para poner fin a un brutal conflicto que desoló a esa norteña región y partes de las demarcaciones de Afar y Amhara.
Etiopía venía impulsando su economía con un crecimiento sostenido de dos dígitos durante varios años antes de la irrupción de la Covid-19, y en medio de esa desafiante crisis estalló la llamada guerra del Tigray hace dos años, dijo el jefe de Misión a Prensa Latina.
Desde entonces, la economía se ralentizó por los daños combinados de la pandemia y las hostilidades bélicas, a lo que se suman los efectos del cambio climático y ahora del conflicto en Ucrania, ahondó el Dr. Teshone.
“De ahí, que el proceso de paz sea tan crítico e importante para nosotros, ya que el gobierno se ha fijado como prioridad avanzar en el frente económico y sacar de la pobreza abyecta a cientos de miles de etíopes”, aseveró.
Gracias a los esfuerzos mediadores de la Unión Africana y de prestigiosas personalidades como los expresidentes de Nigeria, Kenia y Sudáfrica, destacó el diplomático, el TPLF aceptó negociar con el gobierno, y pactaron el tratado de paz luego de 10 días de negociaciones en Pretoria.
Se estima que este acuerdo no solo devuelva la tranquilidad a Etiopía, sino a toda la región. Contempla el cese de las hostilidades, el desarme, desmovilización y reintegración de los combatientes del TPLF a la sociedad.
“Además, reafirma que el país tan solo tiene una única Fuerza de Defensa lo cual es primordial”, señaló el embajador y afirmó que en el plano político tiene un valor relevante.
Explicó que como el TPLF se apoderó del gobierno de Tigray mediante elecciones inconstitucionales ya que solo la Junta Electoral Nacional está capacitada para organizar los comicios en el país, la organización accedió a establecer una autoridad de transición inclusiva en la que estén representados todos los partidos de esa comarca.
Punto esencial es la admisión de que el actual gobierno en Tigray es inconstitucional y debe cesar sus funciones, apuntó el Dr. Teshone.
El tercer resultado de relevancia es la justicia de transición, pues se acordó -señaló- realizar una investigación y todos los que cometieron atrocidades y violaciones de los derechos humanos deberán responder por sus crímenes y transgresiones.
Además, el tratado permitirá atender las miserias humanas generadas por la guerra. Una vez que cesen las hostilidades se podrá repartir ayuda humanitaria y asistir a los damnificados.
“En general, la paz es esencial para el país ya que permitirá rescatar el fomento de la economía, volver a impulsar el crecimiento e implementar planes sociales para combatir la pobreza”, señaló el embajador.
Es importante también –concluyó- porque garantizará que prevalezca el orden constitucional, especialmente en Tigray donde fue distorsionado desde que estalló el conflicto.
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