En cumplimiento del acuerdo de paz firmado en Pretoria, Sudáfrica, y el arreglo negociado para el desarme en Nairobi, Kenya, el traspaso comenzó de la manera prevista y en las condiciones establecidas, asegura el texto.
Según apunta, tanques blindados, sistemas de misiles, cohetes, cañones, morteros y otros tipos de artillería de diferentes calibres son parte del considerable conjunto de armas en poder de la organización.
El protocolo de entrega sucedió en Agula, localidad ubicada a unos 36 kilómetros de Mekelle, capital del septentrional estado de Tigray, y fue presenciada por militares de diferentes países y expertos de la Unión Africana.
Para el gobierno etíope y los observadores, este paso facilita la implementación del pacto con el TPLF (siglas en inglés) para restablecer el orden constitucional y garantizar la estabilidad en la parte norte del país.
El 2 de noviembre último, con la mediación del expresidente de Nigeria Olusegun Obasanjo, enviado especial de la Unión Africana, el gobierno y el Frente, inmersos en un enfrentamiento armado desde finales de 2020, anunciaron el cese de las hostilidades.
Además del alto el fuego, el pacto comprende el reinicio de la ayuda humanitaria a la población de la jurisdicción y la sanación y reconciliación, como pilares para preservar la soberanía e integridad de Etiopía.
Si bien hay un trato rubricado, las negociaciones entre las partes continúan, con el ánimo de consolidar un arreglo político sostenible, silenciar las armas de manera definitiva y devolver la nación al camino de la paz, estabilidad y desarrollo integral.
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