De acuerdo con un comunicado del gobierno japonés, los cancilleres acordaron vía telefónica mantener una estrecha comunicación entre las autoridades diplomáticas de ambos países para resolver la disputa histórica y desarrollar relaciones sanas.
El tema de los casis ocho millones de trabajadores surcoreanos explotados entre 1910 y 1945, unido a las cerca de 200 mil mujeres utilizadas como esclavas sexuales en los cuarteles militares japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, es una herida abierta que mantiene deteriorados los lazos bilaterales.
La víspera, el gobierno de Seúl anunció que estudia la posibilidad de compensar a las víctimas de trabajo forzado mediante un fondo concebido para ese fin, una responsabilidad que en 2018 el Tribunal Supremo ordenó a las compañías japonesas Mitsubishi Heavy Industries y Nippon Steel.
Japón acogió con beneplácito la noticia, sin embargo, las víctimas surcoreanas y los grupos cívicos que las apoyan protestaron fuertemente contra la medida mientras exigen que sea la parte nipona quien responda y se disculpe por las violaciones de derechos humanos del pasado.
Por otro lado, Tokio sostiene que todas las reclamaciones derivadas de su periodo colonial ya se resolvieron en virtud del tratado bilateral de 1965.
mem/lcp