Cada 28 de enero y días cercanos se convierten en momentos propicios para recordar y resaltar el legado del excelente político, aglutinador de multitudes, orador, periodista, educador, diplomático, poeta y hombre de letras y de ciencias.
Así, en escuelas de distintos niveles, centros laborales, otras entidades e instituciones militares existen reflexiones acerca del joven víctima de presidio a los 16-17 años de edad, del desterrado a España por sus ideas políticas, o del autor de los Versos Sencillos.
También, entre cubanos y foráneos de todas las generaciones vuelven los criterios relacionados con el máximo artífice de la guerra de 1895 contra el colonialismo español, el hijo varón de Mariano Martí y Leonor Pérez, o del padre de José Francisco.
Sin embargo, un día, una semana o una docena de jornadas resultan insuficientes; conocer al excelso patriota demanda mucha paciencia, consideran estudiosos, quienes recomiendan analizarlo en todas sus dimensiones.
Cintio Vitier, destacado intelectual y uno de los mayores investigadores de esta figura, ya fallecido, expresó que “Martí es inabarcable pues nos abarca a todos”.
Para lograr los supremos objetivos de poner nuevamente a su país en pie de lucha y fundar una república “con todos y para el bien de todos”, Martí realizó un exhaustivo estudio del contexto político y social de la tierra natal de entonces.
De manera sagaz, sincera y amorosa desplegó sus ideas entre cubanos de adentro y de afuera de la geografía nacional en momentos de gran incertidumbre por el fracaso de la Guerra de los Diez Años (1868-1878).
Como evidencian testimonios de contemporáneos, el llamado además Maestro logró la congruencia entre palabras y hechos, lo cual elevó su ascendencia y prestigio en círculos políticos, hogares de emigrados y antiguos jefes militares, y cuánto espacio defensor de Cuba existiera.
Viajes por ciudades de Estados Unidos, donde vivió la mayoría del tiempo de 1880 a 1895, y de varios países latinoamericanos marcaron también la permanente búsqueda de la unidad imprescindible.
Papel de suma importancia en ese sentido desempeñaron dos creaciones suyas de 1892: el Partido Revolucionario Cubano, de un recio carácter independentista, latinoamericanista y antianexionista, y el periódico Patria.
Defensores y detractores han querido mutilar o separar parte de la prolífica obra de Martí, pero ambas partes reconocen que su proyecto emancipador traspasa fronteras de disímil índole.
El 19 de mayo de 1895, de cara al sol, como el mismo anticipó, cayó en combate el Héroe Nacional de Cuba y desde entonces entró en la inmortalidad.
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