Durante la solemne ceremonia, encabezada por el embajador de la mayor de las Antillas en el istmo, Víctor Cairo, varios oradores subrayaron además el significado histórico de la fecha en la que se rinde honores al más universal de los cubanos.
El doctor Guillermo Castro, uno de los intelectuales más sobresalientes en el estudio de la obra martiana, consideró que la contienda a la que convocara el Apóstol en 1895 para liberar a Cuba del colonialismo español fue la última de las guerras de independencia del siglo XIX y la primera de las luchas de liberación nacional del siglo XX.
Concibió la contienda, aseveró, para evitar con la independencia de Cuba y Puerto Rico que se expandiera el imperio por todas las Antillas o como dijera él mismo que “las Antillas terminaran por ser mero portón de la guerra de una república imperial contra el mundo celoso y superior que se prepara ya a negarle el poder-mero fortín de la Roma americana”.
También el académico estimó que nuestra contemporaneidad encuentra en Martí su primera gran síntesis y desde él florecen y parten los caminos que traen la certeza de otra América es posible, que se expresa en las movilizaciones sociales que brotan del suelo fecundado por los distintos próceres.
Castro destacó además que esa lucha movilizó a lo mejor de la joven intelectualidad liberal hispanoamericana de finales del siglo XIX, uno de cuyos integrantes fue el panameño Belisario Porras, que acoge en esta plaza a su compañero de ideales José Martí.
En el acto, el presidente de la Asociación Martiana de Cubanos Residentes en Panamá, Humberto Pérez, también manifestó que Martí es amor, unidad, justicia, trabajo y sacrificio e instó a rendirle el mejor homenaje con la actitud cotidiana.
Mientras la joven abogada panameña Lilian Ruiz, a nombre de la Coordinadora Nacional de Solidaridad con la isla, significó la vigencia de la obra martiana que se expresa en la solidaridad consecuente que brinda Cuba a otras naciones en las esferas de la educación y la salud.
La ceremonia de recordación a Martí en Panamá tuvo varios momentos emotivos entre ellos la lectura de fragmentos de un poema de su autoría del embajador de Honduras, Candelario Reyes, en el que lo califica de “prudente, generoso, piedra y sentencia justa, ejército de versos con lágrimas o con sonrisas en la iluminación de la belleza, de un pueblo que avanza”.
En el homenaje, niños familiares de diplomáticos cubanos declamaron poemas de los Versos Sencillos y sus participantes depositaron una ofrenda floral en el busto que recuerda a su autor erigido en el parque Belisario Porras, de la capital panameña.
A la conmemoración asistieron integrantes del cuerpo diplomático, residentes cubanos, integrantes de grupos solidarios y decenas de representantes de centrales obreras, organizaciones políticas, juveniles, sindicales, estudiantiles y populares de Panamá.
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