El ministro de Asuntos Exteriores, Yoshimasa Hayashi, dijo en conferencia de prensa que aprecian la iniciativa presentada por Seúl como una forma de restablecer las relaciones saludables entre los dos países.
“Espero que este anuncio, junto con la aplicación de las medidas, conduzca a una fuerte expansión de los intercambios en los ámbitos político, económico, cultural, entre otros”, recalcó.
Señaló además que los vínculos bilaterales enfrentan una situación muy difícil debido a una sentencia del Tribunal Supremo de la vecina nación, vigente desde 2018, la cual ordenaba a las compañías japonesas Mitsubishi Heavy Industries y Nippon Steel indemnizar a los demandantes surcoreanos.
Sobre este punto, Hayashi insistió en que el Acuerdo de 1965, rubricado por ambas partes, resolvió los problemas derivados de la colonización entre 1910 y 1945.
No obstante, destacó que Tokio mantiene la posición de los gabinetes anteriores sobre el reconocimiento histórico, incluida la “Declaración Conjunta” de 1998 que recogía el profundo remordimiento y sinceras disculpas por el daño causado al pueblo surcoreano.
El canciller de Surcorea, Park Jin, comunicó en la mañana, hora local, que compensarían a unas 15 víctimas del trabajo forzado de Japón en tiempo de guerra, a través de una fundación pública con sede en Seúl, reseñó la agencia Yonhap.
Esta organización, creada en 2014 y amparada por el Ministerio del Interior y Seguridad, recaudará donaciones voluntarias del sector privado, principalmente de aquellas beneficiados por el tratado bilateral de 1965 como la siderúrgica Pohang (Posco).
El tema de los casi ocho millones de trabajadores surcoreanos explotados, unido a las cerca de 200 mil mujeres utilizadas como esclavas sexuales en los cuarteles militares japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, son heridas abiertas que mantienen deteriorados los lazos entre ambas naciones asiáticas.
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