Cerca de un millón de personas en calidad de refugiados fueron acogidos por el gobierno etíope, de esa cifra 100 mil hasta febrero pasado procedentes del área de Somalilandia (Somalia), y que agradece el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), reveló Balde a ese medio de prensa.
Precisó que pudieron asociarse con el Servicio de Refugiados y Retornados y existe un número elevado de individuos, incluidos niños, que sus familias fueron separadas y perdieron a sus padres.
“Nuestro llamado es que se resuelva el problema lo más rápido posible para que los refugiados puedan regresar a casa y no permanezcan un largo período de tiempo en una situación prolongada”, enfatizó.
Destacó la voluntad de Addis Abeba de garantizar una vida digna a esas personas hasta el momento en que puedan regresar a su lugar de origen, así como su reputación de participar en proyectos conjuntos, brindar servicios vitales y bancarios como parte de la transformación del sustento de los refugiados.
Sobre el aporte realizados por los donantes, comentó que cuentan con gobiernos muy fuertes y otros actores que brindan apoyo a través de Acnur y las organizaciones no gubernamentales, pero es insuficiente debido al aumento de las necesidades.
“Vivimos en un mundo donde tenemos mucha competencia en la provisión. Es por eso que también debemos competir para asegurarnos de que la solidaridad y la generosidad continúen para apoyar a los refugiados y las áreas de acogida de refugiados”, advirtió.
Según el representante de país, los sistemas de educación, salud y agua y todos los servicios sociales son extremadamente críticos para los refugiados acogidos, pero también para las comunidades que han aceptado acogerlos.
En marzo pasado, la Acnur, el Programa Mundial de Alimentos, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, entre otras agencias asociadas a la ONU, solicitaron 116 millones de dólares para brindar asistencia a los refugiados ubicados en la región somalí de Etiopía.
Cientos de miles de personas se desplazaron dentro y fuera del país debido a los enfrentamientos iniciados en febrero entre fuerzas de Somalilandia y milicias locales en la ciudad de Las Anod, región de Sool.
Según las agencias de la ONU, la situación humanitaria sobre el terreno es grave debido a la desnutrición aguda moderada en muchos niños menores de cinco años y en mujeres embarazadas y lactantes, así como un alto riesgo de brotes de enfermedades, con informes preocupantes de casos de sarampión en la zona.
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