Bekele, una de las pocas artistas famosas de las décadas de 1950 a 1990, fue el motor impulsor para muchas cantantes etíopes e interpretó más de 200 obras, de las cuales 38 fueron impresas en arcilla, según la fuente.
Grabó 14 álbumes en casete con 10 canciones cada uno y trabajó durante 35 años en el departamento de Música y Teatro de la entonces Fuerza de la Policía.
Le sobreviven siete hijos y al momento de su deceso recibía un tratamiento médico dentro y fuera del país, sin precisarse otros detalles por el medio de comunicación.
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