Tras una reunión efectuada la víspera en la Casa Blanca, el gobernante y los principales líderes de ambas cámaras del legislativo expresaron más optimismo sobre un camino para abordar el límite de endeudamiento de la nación, pero admitieron que las partes aún están muy alejadas en lo que respecta a un acuerdo.
“Creo que preparamos el escenario para continuar las conversaciones. El presidente accedió a designar a un par de personas de su administración para que se sentaran y negociaran directamente con mi equipo, lo que me pareció productivo”, declaró a la prensa el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.
El mandatario, por su parte, también calificó la reunión de “productiva”, pero dijo que aún queda trabajo por hacer para asegurarse de que Estados Unidos evite el incumplimiento del pago de su deuda, acorde con un reporte del Servicio de Radiodifusión Pública.
Las diferencias de política entre los partidos no deberían impedir que el Congreso evite el impago, expresó, y agregó que los líderes hablarán regularmente durante los próximos días, mientras el personal designado para las conversaciones se reunirá a diario.
Las discrepancias entre demócratas y republicanos del poder legislativo provocaron un estancamiento en las pláticas sobre el techo de la deuda, hoy en 31,4 billones (un millón de millones) de dólares, mientras la secretaria del Departamento del Tesoro, Janet Yellen, asegura que la nación podría verse impedido de honrar sus compromisos a partir del venidero 1 de junio.
Biden tiene previsto partir esta jornada a la cumbre del Grupo de los Siete (G-7) que tiene por sede desde el 19 y hasta el 21 de mayo a Hiroshima, Japón, para reunirse con los representantes del bloque compuesto además de por su nación y el país anfitrión, por Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá e Italia.
Luego viajaría a Sídney, donde conversaría con los dignatarios de Australia, Japón e India, y había planeado hacer una parada en Papua Nueva Guinea para entrevistarse con los líderes de las naciones insulares del Pacífico. Pero, ante la situación con el techo de la deuda, canceló la segunda mitad de su viaje y decidió regresar a Washington el domingo. “Pospongo la parte australiana del viaje y mi escala en Papua Nueva Guinea para regresar a las negociaciones finales con los líderes del Congreso”, reveló el gobernante ayer después del encuentro con los congresistas estadounidenses.
La disputa en torno al incremento de la deuda se debe a que la Casa Blanca ha insistido en que la administración no aceptaría de los republicanos, con mayoría en la Cámara Baja, un proyecto de ley condicionado al recorte de programas de beneficio social.
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