Así lo anunció el gobernador, Greg Abbott, luego de firmar seis proyectos de ley que supuestamente buscan reforzar la seguridad fronteriza.
De acuerdo con un reporte de la cadena televisiva CBS News, el financiamiento para la medida será de poco más de cinco mil millones de dólares aprobados por la legislatura estadual.
Los primeros mil pies de boyas se desplegarán en la ciudad de Eagle Pass y su instalación comenzará de inmediato, según Steve McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública del estado.
Los funcionarios esperan que las boyas, que contarán con anclas en el fondo para que las personas no puedan nadar por debajo de ellas, actúen como elemento disuasorio para evitar que los migrantes entren al agua.
El capítulo de Texas de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos condenó el plan.
El director de dicha entidad en ese estado, Rodolfo Rosales, lo denunció como un proyecto inhumano, bárbaro y mal concebido, y dijo que su organización se opone a cualquier medida que pueda provocar la pérdida de la vida de un migrante.
«Lo vemos como un recordatorio escalofriante de las medidas extremas utilizadas a lo largo de la historia por los líderes electos contra aquellos a quienes no consideran seres humanos, buscando solo exterminarlos, independientemente de los medios empleados”, expresó citado por el medio.
David Donatti, abogado de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles de Texas, planteó en un comunicado a HuffPost que la medida carece de sentido.
“La cadena de boyas a lo largo del Río Grande es solo el último de una cadena de obsequios del estado a contratistas privados para alimentar la crisis fabricada por el gobernador en la frontera”, aseguró.
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