La hermana del máximo dirigente del país hizo pública una declaración donde descalifica la supuesta sinceridad de Washington cuando pregona que, de su parte, la puerta de diplomacia está abierta.
Nuestro país viene llamando a las negociaciones con EEUU desde la década de 1990, pero sabemos que detrás del llamado de la actual administración norteamericana a un diálogo incondicional se oculta la artimaña de exigir a la RPDC la desnuclearización completa, verificable e irreversible.
Dio como posible que, a cambio, Washington ofrezca el cese temporal de sus ejercicios militares con Corea del Sur, la reducción de la escala de esos entrenamientos o la suspensión del despliegue de medios estratégicos en la región.
Pero esto es solo una trampa para ganar tiempo -alegó-, porque a EEUU le bastarían unos pocos días para recolocar esos medios y reiniciar las maniobras militares.
La dirigente hizo notar que actualmente la gravedad de la situación en la Península Coreana sobrepasa con mucho a la de 2017 y llega al grado de considerar hasta la posibilidad de una guerra, incluso con armas nucleares.
Insistió en que para los gobernantes de EEUU es muy fácil retirarle a un país la etiqueta de patrocinador del terrorismo y ponérsela de nuevo cuando le convenga, porque para ellos si es “variable y reversible” todo lo ofrezcan en la mesa de negociaciones.
Bajo esas circunstancias -subrayó- la RPDC no está interesada en un diálogo que comprometa su seguridad.
Es una ilusión vana de EEUU pensar que puede desarmar irreversiblemente a la RPDC y detener su avance mediante falsas promesas de aliviar las sanciones y las amenazas militares a nuestro país, señaló.
Estamos preparados para enfrentar rotundamente cualquier acción que vulnere la paz y la estabilidad en la Península Coreana, que atente contra la soberanía e integridad territorial de nuestro Estado o amenazando la tranquilidad del pueblo coreano, sentenció.
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