Para abordar esa situación delicada, la cartera de Estado etíope cuenta con acuerdos de extradición con varios países para enfrentar esos delitos globales que afectan a personas en condiciones vulnerables, desesperadas o en búsqueda de una vida mejor.

“Hay empresas criminales que trafican con personas, y responsabilizar a los perpetradores necesita una estrategia para salvaguardar a los ciudadanos del abuso, la negligencia, la explotación o incluso la muerte”, enfatizó.
Ayalew precisó que los traficantes a menudo usan la violencia o agencias de empleo fraudulentas y falsas promesas de educación y oportunidades laborales para engañar y coaccionar a sus víctimas. La transacción financiera en el tráfico ilegal de personas y la migración ilegal se estima en alrededor de 150 mil millones de dólares, reveló.
Consideró que el gobierno puede crear puestos de trabajo para los ciudadanos locales en el extranjero y emplearlos en diferentes partes de los países de Medio Oriente y otros con los que el Ministerio de Trabajo y Habilidades trabaja de cerca.
El titular de esa cartera de Estado etíope, Nigusu Tilahun, calificó de crucial el fortalecimiento de la cooperación entre los organismos interesados, el gobierno y otros para abordar el problema que afecta principalmente a mujeres, niños y jóvenes.
Por su parte, el ministro de Justicia Alemante Agidew explicó que las principales causas de la migración ilegal y la trata de personas son los problemas económicos y la exposición de los migrantes a una variedad de obstáculos.
“Dado que los migrantes son vulnerables a las violaciones de los derechos humanos, la explotación y otros sufrimientos relacionados que afectan gravemente a los ciudadanos, es importante realizar investigaciones para que quienes participan en la trata de personas rindan cuentas”, recalcó.
A su juicio, la investigación proactiva tiene una importancia primordial para abordar la causa raíz del problema y controlar a los autores intelectuales del crimen. Ejercer esfuerzos coordinados en colaboración con Interpol y otras organizaciones internacionales y locales es uno de los pasos críticos para abordar el problema.
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