Una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores apuntó que tal “antiética determinación” ha encontrado el rechazo de la comunidad internacional en tanto amenaza el ecosistema en los mares, ya altamente en riesgo, y la existencia misma de la especie humana.
Es inconcebible que Japón, el único país del mundo agredido con bombas atómicas, desconozca las consecuencias catastróficas de lanzar aguas contaminadas con residuos radiactivos, señaló.
El comunicado desestimó que esas sean “aguas limpias” porque fueron filtradas por equipos de eliminación de nucleidos, pues contienen tritio y otros elementos radiactivos muy peligrosos como cesio, estroncio y rutenio, según reconoció la Compañía Tokyo Electric Power, operadora de la planta de Fukushima.
Recordó el texto que, según especialistas, las corrientes marinas frente a Fukushima son muy fuertes, con lo que las aguas contaminada se dispersarán por el Pacífico en menos de dos meses y algunos años después se expandirán por todo el mundo, con enormes pérdidas para la humanidad durante milenios.
Esta es la ambivalente posición de un país (Japón) que preconiza un “mundo sin armas nucleares” y hace campañas por la “amenaza nuclear” de naciones vecinas, denunció la RPDC.
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