En un comunicado, la investigadora del Instituto de Asuntos Japoneses del Ministerio de Relaciones Exteriores de la RPDC Kim Sol Hwa señaló que Tokio intenta gastar la enorme suma de 104 millones de dólares en la adquisición de 50 misiles cruceros de casi 900 kilómetros de alcance.
Es un secreto ya conocido que Japón viene renovando y ampliando su capacidad militar del tipo ataque, por lo que no es casual que un propio medio de prensa japonés haya advertido que el «año 2023 será la víspera de nueva guerra», declaró Kim.
Lo más peligroso es que el caudillo Estados Unidos pone poco a poco la lanza de reagresión en las manos de Japón, colmado de la ambición de hacerse potencia militar, con la intención de usarlo como brigada de choque para la realización de su estrategia en el Indo-Pacífico, añadió.
La investigadora subrayó que los países de la región, que Japón quiere colocar dentro del alcance de sus misiles de largo alcance, no son los débiles de hace un siglo, cuando eran ofrendas para realizar la ambición imperial nipona.
Japón se encuentra ante la disyuntiva de ser arruinado por el aumento injustificado de sus gastos militares, o coexistir pacíficamente estableciendo relaciones de buena vecindad en la zona, la decisión es solo cuestión de tiempo, concluye el comunicado.
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