Un equipo asignado por el Gobierno de Unidad Nacional, que controla la zona occidental del país, precisó que 891 construcciones quedaron totalmente destruidas, 211 de forma parcial y 398 fueron cubiertas por el barro tras el colapso de dos embalses cercanos.
Una semana después de la catástrofe, se desconoce el número exacto de víctimas mortales, pues los socorristas aún retiran cadáveres de la costa, arrastrados por el agua, o debajo de los escombros.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), que citó a la Media Luna Roja Libia, reveló ayer que al menos 11 mil 300 personas murieron en esa urbe y otras 10 mil continúan desaparecidas.
Se espera que esos números aumenten a medida que avanzan los trabajos de los equipos de búsqueda y rescate, señaló OCHA.
Mientras, los servicios de seguridad prosiguen los procedimientos de inhumación masiva de los muertos después de documentar sus fotografías y recoger muestras de ADN para una posterior identificación.
El fiscal general libio, Al-Siddiq Al-Sour, anunció ayer una investigación sobre el colapso de las dos represas.
En un comunicado difundido por la agencia oficial de noticias Lana, Al-Sour detalló que el objetivo es determinar si hubo corrupción o negligencia tras años de deterioro por la falta de mantenimiento.
Nuestra pesquisa incluirá el trabajo de los sucesivos gobiernos para determinar cualquier negligencia y se centrará en el dinero aprobado y gastado para el mantenimiento de ambas obras, afirmó.
La Organización Internacional para las Migraciones anunció el desplazamiento de más de 38 mil 640 personas en las zonas más afectadas y más de cinco mil decesos.
Mientras continúa la búsqueda de desaparecidos tras el paso de Daniel crecen las voces de protesta en esta nación por la falta de preparación y malversación de fondos.
mem/rob