Preció el texto que la OMS estableció centros de tratamiento en todo el país para enfrentar el brote que comenzó en agosto del año pasado y brindar una atención médica de calidad a la población, divulgó la agencia de noticias Addis Standard.
Sin embargo, fuentes locales sugieren que la enfermedad bacteriana podría haberse extendido aún más, afectando a 11 regiones durante el 2022 con un saldo de 320 fallecidos.
Sólo el domingo pasado, nueve personas fallecieron por esa causa en la región occidental de Benishangul-Gumuz, según un funcionario de salud, Abdulmunhem Al-Beshir.
El brote de cólera se desencadenó por la inseguridad alimentaria tras la interrupción de la ayuda alimentaria por parte de organizaciones como el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas y de otras agencias internacionales, la falta de saneamiento adecuado y problemas de suministro de agua.
Por otra parte, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) también manifestó su preocupación por la situación en Metema, región de Amhara (norte) donde son acogidos más de 18 mil personas que huyeron del conflicto en Sudán.
Hasta el 12 de septiembre, se reportaron ocho fallecidos de cólera entre los 435 casos sospechosos notificados. Las reservas de vacunas contra esta enfermedad para la inmunización sistemática también se están agotando, lo que pone a los refugiados en peligro de nuevas infecciones, advirtió la Acnur.
De igual modo, la falta de ambulancias para transportar y canalizar a los pacientes, la insuficiencia de equipos médicos para el tratamiento y la escasez de personal de salud crítico están poniendo vidas en peligro y obstaculizan la respuesta humanitaria.
Se enviaron kits contra la enfermedad a Metema y fue instalada una tienda de aislamiento y una enfermería.
mem/nmr