De ahí que la línea que separa los partidos de izquierda y de derecha sea casi imperceptible aunque a lo interno las fuerzas progresistas tengan la intención de implementar políticas de beneficio social para las grandes mayorías.
Las medidas sociales de carácter interno en cada país, añadió Carrillo, dependen mucho de las subvenciones del banco europeo y por ese motivo los progresistas, aunque asciendan al poder, están atados de pies y manos si quieren acceder a los fondos comunitarios de financiación, necesarios para implementar políticas sociales.
Cuando se derrumba el socialismo en Europa en la década de 1990, también cae el estado de bienestar en el viejo continente, continuó la especialista en sus declaraciones a Prensa Latina.
Esa condición social en sus diferentes modelos, fue creada por los partidos socialdemócratas que, desde su surgimiento en el siglo XIX, intentaron ofrecer una respuesta única a cómo lograr y mantener un orden económico, social, político y cultural relativamente cohesionado.
Durante su implementación intentó además frenar la expansión del Socialismo favoreciendo el desarrollo de las capas intermedias de la sociedad, añadió la especialista del CIPI, con sede en esta capital.
Por esa vía trataron de competir con las medidas que aplicaban los gobiernos de izquierda, a la postre cercenados, en gran medida por los socialdemócratas tras la Segunda Guerra Mundial.
En ese contexto, añadió, los partidos comunistas tuvieron que partir casi de cero y a medida del transcurso del tiempo se radicalizaron debido a las diferencias de clases que no se resolvían.
Pero las fuerzas políticas son mucho más variadas y habría que hablar de los cristiano- demócratas, liberales o social-cristianos, reconocidos como partidos de centro y muchas veces de derecha, que poco a poco surgen en el panorama político, enfatizó Carrillo.
Aparecen más tarde los llamados partidos verdes, cuya base política se centra en cuestiones medioambientales, pero que en la práctica funcionan como “bisagra” porque forman alianzas con otras fuerzas políticas y se amoldan al contexto en el cual se desarrollan.
Empero cuando se trasgreden los intereses transnacionales, automáticamente se producen las fisuras en las coaliciones, el debilitamiento de las alianzas y como consecuencia la pérdida de credibilidad por parte de los electores en los partidos tradicionales, añadió.
AUGE DE LA ULTRADERECHA
En Europa ocurre hoy, de forma lenta pero continua, un cambio que podría convertirse en una nueva tendencia política. Los partidos de extrema derecha, antes al margen del espectro político, ascienden a puestos de gobierno en alianza con partidos conservadores tradicionales.
A medida que surgen más problemas en la sociedad europea se repite algo preocupante: en vez de manifestarse un giro hacia la izquierda, o hacia tendencias que incluyan en sus proyectos a los más pobres, hay masas que apoyan y ponen sus esperanzas en las fuerzas políticas de derecha y extrema derecha, afirmó Carrillo.
Por ejemplo, Alternativa para Alemania (AfD) gana adeptos en varios estados de ese país debido a una estrategia creada e implementada desde finales de julio, en momentos en que gozaba ya de alta popularidad.
Hoy AfD se posiciona como segundo en las encuestas de opinión nacional.
En tanto, en Finlandia y tras tres meses de negociaciones, el partido nacionalista «los Finlandeses» se convirtió en miembro del gobierno de coalición.
Esa tendencia se observa, además, en Italia y Suecia, mientras que en España el conservador Partido Popular (PP) alcanzó una serie de acuerdos de coalición a nivel regional y local con la organización política de extrema derecha Vox, destacó Carrillo a Prensa Latina.
En otras naciones, como Hungría y Polonia, llevan años en el poder los partidos extremadamente conservadores y las razones de esta tendencia varían de un país a otro: la inmigración, la economía o el conflicto bélico en Ucrania son algunos de los factores que impulsan el cambio, añadió la especialista.
NUEVAS ALIANZAS
Para algunos especialistas en el actual contexto y en vísperas de las elecciones europeas de 2024, podrían formarse nuevas alianzas políticas.
Es probable que las principales fuerzas: el conservador Partido Popular Europeo (PPE), los liberales de Renovar Europa y los socialdemócratas del S&D salgan debilitados, según los últimos sondeos.
Mientras tanto, en Alemania, los ultraderechistas de AfD también obtuvieron buenos avances en las elecciones de Baviera y Hessen, tras sus llamados a detener la migración y ataques a la agenda verde del Gobierno. Y en Francia, la ultraderecha es hoy uno de los actores clave en el entorno político del país.
Los partidos de izquierda, entre tanto, pujan por abrirse paso y recuperar espacios en el contexto político, aunque a la postre se vean limitados por un entorno adverso.
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